Danzando la Vida
Habitamos el templo del cuerpo
Habitar el cuerpo es despertar la esencia. Una danza que abre el corazón, eleva la vibración y nos recuerda la memoria sagrada de la vida.
Vivir es una danza
de infinitas posibilidades
Todo nace en un centro vivo y pulsante: se expande, regresa, y nos susurra que el único tiempo real… es ahora.
La vida se entreteje como una espiral: pasados y futuros se abrazan en el corazón del presente.
Y en ese pulso, el cuerpo reconoce la frecuencia que eleva, integra y transforma.
No se trata de hacer, sino de ser.
Y desde ese ser, danzar la existencia como un acto íntimo de amor.
Espacio sagrado:
El Biocentro
El Biocentro no es solo un lugar físico. Es un espacio vivo donde el cuerpo recuerda quién es. Allí, el movimiento se vuelve medicina: las espirales abren y cierran el campo, creando un ritmo sutil que nos reconecta con el origen.
En este templo de presencia, el cuerpo despierta sus fibras de luz, pulsa con el corazón y comienza a revelar la memoria sagrada que habita en cada célula. No hay esfuerzo, solo una entrega suave a la danza, al silencio, al pulso que guía desde adentro.
Todo en el Biocentro invita a lo esencial. No se busca nada, no se espera nada. Solo se permite que la vida se exprese, que el amor se manifieste, que el ser se recuerde a través del cuerpo, en movimiento.
"Lo que la danza me ha enseñado"
Que no tengo que llegar a ningún sitio.
Que cada paso tiene su pulso, su instante, su verdad.
Que cuando dejo de controlarlo todo, el cuerpo sabe.
Que el corazón no se equivoca.
Que estoy viva.
Y que eso… basta.
Qué es la biodanza para mí
En momentos de búsqueda Interna, Biodanza ha sido un encuentro, una manera de habitarme, escuchando al cuerpo, abriendo el corazón y recordando lo que soy sin nombrarlo.
No es algo que se entienda, se vive.
Cuando danzo, no busco nada. Es el cuerpo el que se expresa y el corazón siente. A veces en silencio, entre lágrimas y también pura alegría. Otras con voz y coraje .Una maravillosa orquesta donde todo encaja y pulsa.
He danzado atravesando la vida, la maternidad, la muerte, la soledad y la celebración. En todos esos momentos, Biodanza ha sido un espacio de verdad. No hacia afuera, sino hacia adentro. Una manera de volver al equilibrio cuando todo se dispersa.
Y por eso la ofrezco, la siento y la expreso. Respiro a través de ella y me hace recordar… lo que SOY.
La experiencia de un encuentro
Encontrarse es una celebración sin palabras; un círculo evocando el inicio de la vida, ritmo, melodía, miradas, abrazos, Presencia.
El cuerpo sabe cómo moverse ante las propuestas. La música es un impulso y una invitación a conectar con la melodía interior, todo es pura creatividad. Se conecta con las raíces, con lo ancestral y a la vez con el misterio de vivir. Con la trascendencia que levanta el vuelo para volver renovados.
Hay varias líneas de vivencia que junto con los 4 elementos de la naturaleza, el inconsciente tiene permiso para mostrarse y experimentar sin juicio ni control. Nada queda oculto cuando hay entrega, cuidado y respeto. Todo es orgánico, vivencial y se muestra como la poesía del encuentro Humano.
Eres en el centro de tu ser y te fundes con la totalidad. Quizás no hay palabras para definir el encuentro aunque Eres tocado por la vida. Algo ha sucedido y solo el corazón lo sabe.
Llevamos la vivencia a lo cotidiano para seguir Danzando. Todo es Sagrado.